Laberintos, minotauros, caballos salvajes y redención. Bajo un cielo que no cambia mas que ante mis ojos, llueven mi cara y tu fantasma.
Hacer para comprobar, deshacer para ganarle al tiempo. Guerra, estrategia y poder.
¿Qué se juega hoy? ¿Cómo hilamos esta cuerda?
Si el oráculo está perdido en su propio laberinto no sé si puede marcar el camino.
¿Intuición o sugestión? ¿Solución o placebo?
¿Fue defensa, vacío o maña?
¿Sigues ahí, o estas esperando a que mi voluntad termine por despeñarme?
Te odio, te amo, laberinto.
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