Z (burlón).- Pero sospecho que al final no se resolvieron.
A (ya en plena mística).- Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos.
J.L. BorgesZ (burlón).- Pero sospecho que al final no se resolvieron.
A (ya en plena mística).- Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos.
J.L. BorgesUno puede llegar a encontrarse cosas reveladoras en la red, o cosas que ya de antemano se habían pasado por nuestra cabeza. Esta foto es una prueba y además imagen de un momento hermoso. Estoy llorando.
El BLOGSOTE detesta a las personas que dicen “nosotros quimosabi”, me atrevo a hablar en nombre de todo el BLOGSOTE porque creo que no hace falta mayor demostración o debate en este punto.
¿Quién diablos es el tal Quimosabi? ¿Porqué algunas personas indeseables nos llaman como él?
Para dejar de tener en mente esta molesta duda (que se suma a las ya patentes molestias que representan el sonido mismo de la palabra así como la cara, la presencia, la dentadura e incluso el timbre y el perfume de voz de nuestro interlocutor) los investigadores del BLOGSOTE se han inmerso en la inmundicia y han llegado al fondo del asunto. Evitándole la pena a Vd. estimable – ¡estimabilísimo! – lector.
Sin más rodeos, trataremos de ser tan breves como nos sea posible…
Resulta que el Llanero Solitario usaba – además de sus mallas – la frasecilla para hablarle a su amigo navajo Toro. Quimosabi es la castellanización de la frase de los indios navajos (masticada por un gringo) “Kemo Sabe”. Al parecer “Kemo” significa “amigo” y “sabe”… sabe…
Entonces Quimosabi es un término amistoso ¿porqué pervertir tan sacro origen? ¿porqué trastocar una frase amistosa, en una velada declaración de guerra, de odio, de desprecio?
No continuemos, no fomentemos el odio en el mundo. No digamos “¿Nosotros Quimosabi?”