Diálogo acerca de la felicidad inagotable y su origen.

– Hola ¿Eres feliz?
– No.
– ¿Por?...  pero sí, tú eres como muy feliz.
– No.
– ¿Pero, porqué no?
– Pues porque he descubierto la fuente inagotable de la felicidad pero mis normas de comportamiento social, no me permiten conseguir la felicidad... mi formación, mi cultura... ¡Ay de mí!
– ¿Qué dices? ¡Pronto! ¡explícame sucintamente la fuente de la felicidad que has encontrado!
– La fuente inagotable de la felicidad es: "para ser feliz, métete el dedo en la nariz" y las normas sociales dicen: "no te metas el dedo a la nariz" ¡Oh infeliz, Oh aporía! ¿qué debo hacer?
Gruesas lágrimas escurrían sobre su gallardo rostro.
– ¡Pues meterte el dedo! ... porque, además, así sacas lo reprimido. Entonces, al verlo, todos reíran y sacaran también lo reprimido ¡y todos serán uno!
Dijo alégremente
– Oh ¡Qué hermoso! ¡Qué bello!
Recuperando gradualmente la compostura
– ¿Qué núnca has leído Baudelaire?
– ¿Quién, ese poeta maldito?
– Ash, bueno ya te dije. Yo que tú, me metía el dedo a la nariz.
Pasaron unos minutos.
–¡No! ahora que ya lo he hecho... he descubierto que esa no es la fuente de la felicidad inagotable.
Lloraba. Sus dientes crujían.
–¡Voy a publicar esta conversación en mi blog! ¿está usted de acuerdo?
– Pos... Sí.