¡Ay sí!

ajáa

June 28, 2008

Semáforo

La ciudad burbujeaba en su propio sopor.

Era viernes, era la hora en la que todo converge, toda la gente que sale de los edificios y va a su casa, todos lo que salen de su casa y van a tratar de salir, rutinariamente, de la rutina, también todos lo que no saben a donde van. La ciudad de México se volcaba sobre si misma como un monstruo que se devora para desaparecer.

A las seis de la tarde de aquel día soberbiamente caluroso Jorge y yo pasábamos por el cruce del Viaducto Miguel Alemán y Avenida Revolución, veníamos de lejos. Casi tres horas en el auto a vuelta de rueda provocaban gordas gotas de sudor que rodaban por nuestro cuello más por hastío que por otra cosa.

Nos detuvo un semáforo, en primera fila pudimos ver como de la esquina a nuestra derecha una joven comenzó a cruzar la calle. Primero con ese paso citadino cotidiano, ese que mantiene a las personas absortas en la nada como autómatas que caminan de manera programada. Luego se irguió, cuando lo hizo desapareció un paño grisáceo que antes la cubría por completo. Sincopó su paso y lo aceleró un poco, parecía que de pronto se había quitado una o miles de toneladas de pesar de encima, se acomodó hacia atrás el cabello chino que ahora ondulaba con su andar, levantó los bazos hasta que no pudo estirarlos más, primero a los lados y siguió el movimiento hacia arriba. Era más libre que cualquier infeliz en toda la delegación, tal vez en toda la cuidad. Pudimos ver como casi destellaba. Alcanzó la esquina siguiente.

Jorge y yo guardamos milésimas de segundo de silencio, después Jorge abrió unas palabras con entuciasmo revelador:

- ¡a huevo! ¡Esa mujer no tiene idea de cómo nos acaba de hacer el día!

- ¡Tienes toda la razón hermano!

El semáforo cambió a verde, ahora la ciudad estaba abierta ante nosotros y respiraba trabajosamente, pero con optimismo.

7 comments:

RACHE said...

¡Qué momento!

¿y qué pedo con nuestras vidas citadinas rutinarias?

¿Tú crees que la gente siempre se haya quejado de la rutina como lo hacemos nosotros hoy?

Por ejemplo si algún sodomita, es decir, uno que vive en Sodoma... bueno no, digamos uno de Sibaris, es decir, un sibarita... bueno ya un londinense del siglo XII se habrá quejado igual.

Las mujeres siempre alegran las cosas. Si tú y Jorge hubieran sido mujeres y el "liberado" hubiera sido hombre, no habría tenido el mismo efecto.

toporul said...

sí..., definitivamente las mujeres rifan mi rache

toporul said...

gran chiste lo del sodomita y lo del sibarita jajajaj

Yarch! said...

No recuerdo bien si la señora estaba haciendo ejercicio o quería volar....yo intentaría la segunda, mientras hago ruidos de POOOOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLOOOOOOOOOOOOOO

El Justo Medio said...

Típico comentario del e-arch.

aminsarur said...

Taba buena?

Yarch! said...

No. Creo q era Elena Poniatowska

ATENCIÓN invasores del espacio