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El Otro Día

El otro día me encontraba yo con hambre, cuando uno tiene hambre se le antoja todo, recuerdo que se me antojó un chamorro con aguacate, un buen bife con su vino tinto, unas empanadas argentinas atascadas de chimichurri y un puré de papa con su perejil chino para que se viera bien nice, sin embargo la vida, como muchos decimos, no es color de rosa y tuve que salir de mi mundo de delicias para enfrentarme a unas tristes donas de esas de la marca del osito de tendencias sexuales dudosas. Estábame frente a mis donas pues; uno siempre divaga cuando come donas y cuando regresa la mirada a sus alimentos siempre corre el riesgo de encontrase con una sorpresa, sin embargo esta vez fue mayor, asesinos diminutos declaraban mis donas parte de su imperio monocromático y peor aún, les mordieron un cacho, aparte, esta milicia del mal osó llamarme chaparro -¡quieto chaparro!- me dijeron (comentario que me pareció un abuso), así que sin más ni menos y por el simple hecho de no discutir, abandoné la mesa y a mi preciado y deficiente lunch con ella...