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Viajando por los hermosos parajes de México, este inocente turista llegó a uno de los pueblos más bonitos jamás vistos; el caso es que el lugar era llamado tepostlan o tepostotlan o algo así con tepos y con tlan. La historia, según cuentan, fue que la hermosa gente del lugar ofrecía con una tierna sonrisa en sus boquitas mexicanas, una deliciosa bebida a la que llamaban Jugo de Pulke, que no terminó por ser tal jugo, ya que minutos después de ser ingerido por el inocente turista, el mundo se puso patas arriba según contó a alguna persona que pasaba por ahí pues el turista decia a voces que veia doble. Pero nos saltamos los hechos en los que el turista muy amablemente le pregunta a el vendedor de Pulke o Pulkeria (de la palabra porquería) como ahora le llamo yo, sobre los ingredientes de la poco costosa bebida (casi regalada), a lo que el muy sonriente hombrecito respondió… -aaaa, a eso le echamos unas frutitas y un muñequito- acto seguido, sonrió amablemente el muy hijo de la muy puta puta que lo malparió!!!